jueves, 15 de enero de 2009

Tarde de domingo


Le apetecían unas palomitas de maíz. Quería ver una película romántica. Sentía una tremenda necesidad de llorar. A la mañana siguiente, cuando la asistenta abrió la puerta del apartamento, solo encontró unos restos de palomitas en el sillón y su ropa amontonada en el suelo junto a un gran charco de agua delante del televisor.

4 comentarios:

Jesús dijo...

Quizás las lágrimas constituyen la esencia de nuestra naturaleza humana...
Y la soledad la única forma de encontrarla.

Un beso

combatientes70 dijo...

llorar es bueno libera y más delante de una gran película en soledad un domingo en la tarde noche... besos

Unos zarcillos pa mi luna : dijo...

considerando que somos un 70% agua...

Un abrazo.

El antifaz dijo...

Siempre invitamos a un líquido a cualquiera de nuestros estados de ánimo: un brindis, una lluvia, un café, una lágrima...
Besos.