sábado, 17 de enero de 2009

El placer del baño


Hoy lo ha vuelto a hacer. Mamá se ha vuelto a encerrar en el cuarto de baño. Bueno, hoy y casi todas las noches después de besarnos y desearnos felices sueños. La vengo observando. No se oye ningún ruido y no tarda más de treinta minutos. Hoy he descubierto su misterio. Detrás de sus ojos enrojecidos y de su ligera sonrisa, siempre se esconde un libro entre sus manos.

3 comentarios:

El antifaz dijo...

Eso son dos placeres en uno. Interpreto, por el rojo de los ojos, que son sustitutos de algún otro placer que se resiste a invadirla.
Un placer pasar por aquí. Tu claridad hace de un microrelato una enorme sensación.
Besos.

combatientes70 dijo...

un libro y u porro... no? que suerte tener bañera...

Jesús dijo...

El misterio. Es lo que más me llama la atención en tu relato.

Ese sagrado misterio que cada uno encierra en su interior y que guarda como una piedra preciosa y que sólo puede saborear en soledad.

Y detrás de esos ojos enrojezidos... la lágrima, pero de verdadero placer de estar vivo y disfrutar de esos 30 minutos de realidad.

Besos