jueves, 1 de enero de 2009

Pecado original


Como viene siendo habitual, Adán llega a casa a última hora, se descalza en cualquier lugar, pregunta qué hay de cenar, agarra una cerveza y se tumba en el sofá frente al televisor para gritarle al primer árbitro de turno que se pasee en ese momento por la pantalla. Eva, mira su marido y piensa que nunca debió de caer en la tentación de compartir aquella hamburguesa mordisqueada que Adán le ofreció tanto años atrás y que le costaría la expulsión del paraíso.

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