
Difícil tarea la demanda por mi enamorada, el frigorífico sin reservas y la cabina del ascensor accidentalmente averiada. Y así, cual garra de un mono aferrada a la barandilla de las escaleras, cuesta arriba hasta la planta 17.
Una cansada llave abre la puerta, y oculta tras el espejo, la misma muerte a la espera.
Una cansada llave abre la puerta, y oculta tras el espejo, la misma muerte a la espera.
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