
"¿Me quieres?" - le preguntó ella.
Él, permaneció callado. No llegó a comprender la pregunta. No supo qué contestar.
Decididamente, no hablaban en el mismo idioma.
Él, permaneció callado. No llegó a comprender la pregunta. No supo qué contestar.
Decididamente, no hablaban en el mismo idioma.
2 comentarios:
Tienes toda la razón, Clara. Para hablar el mismo idioma hay que callarse y dejar a los instintos que digan lo que tienen que decir.
Un beso.
Y yo que pienso que los "unos" y las "otras" nunca llegaremos a hablar el mismo idioma...
Un besote.
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