
“¿Te acuerdas de mí?”, la abordó la desconocida nada más verla en el parque, llamándola por su nombre de pila. Ella respondió afirmativamente, con evidente cordialidad, feliz ante tal encuentro casual. Tras las fórmulas obligadas de cortesía, se preguntaron por la salud, se entristecieron al conocer que ambas habían quedado recientemente viudas, hablaron ilusionadas de hijos e incluso intercambiaron fotografías de los nietos. Fue realmente emocionante asistir al encuentro de dos amigas tras largos de ausencia.Tras despedirse de nosotras, le pregunté a mi abuela quién era aquella señora tan amable. Ella respondió: "no lo sé".
17 comentarios:
La cortesía ante todo. Muy bien.
Un saludo.
Me he quedado sin palabras, Clara. ¿Es una historia real?
Un besazo.
que bonito, que bonito, que bonito.
que cosa mas tierna, Clara.
un beso fuerte
La cordialidad siempre antes que la sinceridad... típico de nuestros mayores. jaja Muy buena historia Clara! Un beso
Qué bonito. Yo le saco muchas interpretaciones. ¿no le queria decir al nieto quien era? ¿no la conocía realmente? ...
Enhorabuena Clara.
Besotessssssssssss
Me gusto leerte Clara, un relato que puede ser o no real pero encantador de leer
un abrazo
Stella
Hola!
qué abuela más entrañable, me encanta. Y es que a veces es tan fácil hacer feliz a la gente...
besos.
Caray...todavía hay gente superguay y supereducada que habla con todo el mundo. Bonito
Besix
Aún tengo la sonrisa que tu escrito me ha provocado dibujada en el rostro! Tengo una tía de 91 años que vive conmigo y he sido testigo de momentos como el que hoy describes!
Besitos,
Alejandro, así es, nunca debemos olvidar la cortesía. Un saludo.
Diavolo, si, la base de la historia es real. Un beso.
Svor, muchas gracias! Un besito.
Martín, no se si es sinceridad o temor. Gracias por tu comentario. Un beso.
Miguel, gracias por verlo desde otra perspectiva que yo había ignorado. Un beso!
Stella, en ocasiones, la realidad supera la ficción. Un beso.
T.M., qué razón tienes... no es tan difícil hacer felices a los demás. Un beso.
Calvarian, envidio esa facilidad para entablar converaciones. Un beso.
Soñadora, si llegamos a su edad... seguro que también nos ocurrirá a nosotros. Un besito.
Desde luego tu relato no deja indiferente, ninguno hasta ahora me ha dejado como si nada. Ese final...me resulta triste. Una palabra, que prefiero omitir, atravesó mi pensamiento. Después he pensado que tenemos que hacer siempre una lectura positiva de todo (a veces imposible). En este caso caso, pienso que esta historia tiene mucho de positivo.
Un abrazo.
¡A mí ya me ha pasado eso!
Buscas, buscas en tus recuerdos. Observas la cara de la persona, sus gestos, escuchas su voz... Desesperadamente buscas un rasgo que te ayude a identificarla.
Y al final decides que no merece la pena romper el hechizo del momento preocupándote por el pasado. Pides su teléfono, "¿el nombre? se me ha olvidado".
Y quizás es un guiño que el destino te está haciendo, uno de esos momentos que o los atrapas o pasan...
Un besote gordo
No se niegan los recuerdos cuando alguien se anima a acompañarlo a cruzar a ese mundo a veces tan fantasmal. Y mucho menos, se le pregunta quién es cuando a uno si lo conocen.
Saludos!
José Manuel, a todos nos puede ocurrir... Gracias por ver el lado positivo. Un abrazo.
Jesús, así es, buscas en tu recuerdos y no encuentras a esa persona... y el encuentro se convierte en un momento mágico. Un beso.
Netomancia, te sorprendes cuando para algunas personas los recuerdos permanecen intactos y sin embargo los tuyos quedan ausentes. Un saludo.
¿era un alma paralela?
Besos.
Lo importante es que pasaron un buen rato juntas... ¿qué más dá si se conocían de antes o no?
Un beso.
impresionante.
Esto es arte.
Publicar un comentario