
Nos revolvía el pelo con cara de contento. Algunas veces repartía globos, otras, caramelos. No había en el colegio otro profesor que despertara tanto entusiasmo. Todo deslumbraba en él: el dominio de las materias, sus buenas maneras, exigente pero comprensivo y cariñoso a la vez. Era la envidia de sus compañeros de claustro. Un lunes dejó de venir por clase. Fue despedido sin motivo aparente. El director se limitó a decir que no era un modelo a seguir por sus alumnos. Corría un rumor injusto. En la intimidad, se pintaba la boca en forma de corazón y se daba rimel en la pestañas.
13 comentarios:
Real e injusto, como la vida misma...
Un besazo.
que tendrá que ver una cosa con la otra....lo cortés no quita lo valiente... es un hecho que creo que nunca sumirá esta maldita sociedad machista...saludos
Yo pensaba que estas cuestiones ya estaban superadas, me parece penoso, me gustaría saber que hacen los que le han echado en la intimidad.
Saludos
Q pena q a estas alturas sigamos asi...
Besos
Las discriminaciones son siempre repugnantes. Buen relato! Saludos
Hasta que no superemos la discriminación racial y nos demos cuenta que todos somos iguales, la sociedad no avanzara.
MUy realista y bien expresado.
Un besoteeeeeeeeeee
Sí es injusto, sí... pero desgraciadamente estas cosas están a la orden del día: envídias y rumores.
Me ha gustado mucho, como siempre.
Un besote.
La envidia es una lacra lamentable, un lastre que hace mucho daño. Y los comentarios, los rumores, cuando son malintencionados, sólo provocan destrucción. Lo siento por ese profesor, al que le cortaron injustamente sus alas. Una pena. Besos, guapa.
Bueno...las apariencias...dominan nuestra sociedad. Una lástima. Como siempre intenso relato en pocas palabras. En este caso toca tema... complejo socialmente hablando.
Bueno. Besix
Ahora pienso en ese profesor...en la soledad que debe sentir ¡¡¡cómo debe dolerle!!!... Debe ser un sufrimiento más de los muchos que llevará pasados.
Muchas veces pienso que en nuestro país tenemos una legislación muy avanzada, pero cuando se dan casos como ese pienso que a nuestra mentalidad le queda mucho que avanzar.
Un relato intenso y profundo, me gusta.
Clara, llegué a tu blog por el de Bluemoon y definitivamente me quedo por acá! Estoy encantada leyendo y leyendo , dices tantas cosas con tan pocas palabras!
Te felicito.
Besitos,
La envidia es una enfermedad contagiosa, y nadie trabaja en buscar una vacuna a base de aceptar a todo el mundo.
La envidia es un veneno. ¿te acuerdas de mi entrada "La serpiente"? Ella es envidiosa, porque un día me vio sin antifaz.
Besos.
ellos se lo perdieron... ellos perdieron... él gano se libero de ese claustro caduco y retrogrado...
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